Asurancetúrix: Este galo rubio y delgado es el bardo de la aldea. Su
nombre en la edición original francesa es Assurancetourix, que suena
igual que «assurance tous risques» («seguro a todo riesgo»). La capa con
la que complementa su indumentaria da idea de la importancia de su estatus social.
Y alguna vez se le
ha visto en un lugar preferente entre los asesores del jefe Abraracúrcix.
Otra de sus funciones como bardo es ser el maestro de la aldea. Él enseña a los niños aritmética, historia y música.
Como músico su
labor es tocar en las celebraciones y componer poemas o canciones sobre las
hazañas de los galos.
De Asurancetúrix también sabemos que nació bajo el signo del laurel y que ya desde pequeño fue un niño muy tranquilo (como lo es de adulto) manteniéndose siempre al margen de las peleas que tanto gustan a
sus pendencieros vecinos…
Tan pacífico es
que los romanos vieron en él una presa fácil.
Pero cuando lo entregaron a los leones del circo, consiguió que tanto los espectadores como los pobres animalitos huyeran despavoridos.
No es que esto
sucediese porque el bardo se pusiese a luchar, sino que ante tanto público no
pudo contenerse y… comenzó a cantar. Y es que ¡Asurancetúrix canta fatal!
Sin embargo, él
cree que lo hace muy bien y esto le lleva a sentirse incomprendido.
Dada la situación adivinaremos
por qué vive aislado en una casa situada lo alto de un árbol. Pero incluso ni allí no lo dejan cantar
tranquilo.
Esautomátix, el herrero, es particularmente
duro con él.
Obélix logró convencerlo de que volviese para
enseñar a los normandos lo que es el miedo.
Allí es todo un héroe, sobre todo para la
princesa Frahazada, quien se libró de ser sacrificada para conseguir el anhelado
chaparrón.
Temido por unos, héroe de otros, cantante
insoportable para la mayoría, y entrañable personaje para todos, Asurancetúrix
sueña con triunfar algún día en los escenarios.